En budo existen 5 “espíritus” fundamentales: shoshin, zanshin, mushin, fudoshin y senshin. Se trata de conceptos muy antiguos y prácticamente olvidados en los modernos dojo de aikido. El budoka que se toma el tiempo para entender las lecciones de estos 5 espíritus con su corazón madurará para convertirse en una persona y artista marcial fuerte y competente. El alumno que no dedica el tiempo para conocer y abrazar estos espíritus siempre presentará carencias en su entrenamiento.
Shoshin
“No esperéis que sea yo quien os enseñe. Debéis robar las técnicas por vosotros mismos.”
El estudiante debe tomar un papel activo en cada clase, observando todo con la mente de Shoshin para poder “robar” la lección de cada día.
Zanshin
Mushin
Fudoshin
Senshin
Senshin es un espíritu que transciendo los cuatro estados de la mente. Es un espíritu que protege y harmoniza el universo. Senshin es un espíritu de compasión que abarca y sirve a toda la humanidad y cuya función es reconciliar las discordias en el mundo. Mantiene la santidad de la vida. Es la mente del Buddha y la percepción de O Sensei de la función del aikido.
Abrazar completamente el estado de senshin es esencialmente el equivalente a llegar a un estado de iluminación y puede superar perfectamente el alcance del entrenamiento diario en aikido. En cambio, los primeros 4 espíritus pueden ser alcanzados muy probablemente por el estudiante serio a través de la atención constante y el trabajo duro. Alcanzar estos estados mentales pueden recompensar al estudiante en multitud de formas.
Shoshin puede liberar al estudiante de las frustrantes barreras del aprendizaje, proporcionándole la visión para ver aquellas cosas que le pasaban inadvertidas anteriormente. Zanshin puede elevar la propia conciencia mejorando nuestro rendimiento en randoris y el entrenamiento libre. Mushin puede liberar al estudiante de la ansiedad que se genera en situaciones de presión permitiéndole un mejor rendimiento en las situaciones que les ponen a prueba. Fudoshin, proporciona la confianza para defendernos ante ataques físicos que aparentemente deberían superarnos. El aikidoka serio debería encontrar la forma de incorporar estos espíritus del aikido en su entrenamiento diario.
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